martes, 3 de mayo de 2016

Conociendo el poder del ahora


Un resumen del libro Practicando el poder del ahora.
La piedra angular de este extracto personal de 2008 es que tú no piensas, per se, en realidad, el pensamiento te piensa a ti, salvo excepciones, más numerosas en personas voluntariosas, amorosas,  que suelen pasar desapercibidas o que en modo online vuelcan en recintos ceñidos a grupos o comunidades.
Los beneficios psicológicos y el camino hacia una sanación real de las alteraciones del organismo empiezan aquí. 
Igualmente, todo esto está imbricado, relacionado y enlazado con lo que se expone claramente en El Secreto de la mano de Fátima o Miriam.

Nota de la imagen: en realidad ayer y mañana significan antes y después del ahora...

Antes de pasar al resumen es muy interesante examinar estos puntos:

- La persona posee un cuerpo físico, con una chispa divina o espíritu o consciencia, y un yo psicológico o personalidad. Si nos preguntamos si Fulano de Tal es, y nos referimos al cuerpo y al yo psicológico, tendremos que responder afirmativamente. Si nos referimos en cambio al espíritu o Yo superior, nuestra respuesta será negativa.
Para comprender esto tenemos que darnos cuenta que hablamos de una persona, y este sujeto vive en el mundo material, en un cuerpo material. Este cuerpo se manifiesta plenamente, y esto es innegable, porque ocupa un espacio. El Yo psicológico de este cuerpo también se manifiesta constantemente (tal vez no deja jamás de hacerlo) y también tenemos una evidencia de esto. Sin embargo, el Yo Superior o el espíritu, a pesar de estar encarnado en la materia, vive una existencia propia en un mundo que le es afín. Este Yo Superior no se manifiesta ni en el cuerpo ni en el mundo concreto, y por lo tanto, “no es” en la realidad material del momento presente.
Por cierto que para aquellas personas que no creen que exista un espíritu o “el espíritu” en el homo sapiens, esta
explicación carecerá en absoluto de valor. A estos individuos les pediría que se formularan a sí mismos la
siguiente pregunta: ¿Quién soy yo? Ciertamente, no soy el cuerpo ni soy “fulano de tal”. ¿Seré acaso “el
pensador”? ¿Quién soy yo?
Prosiguiendo con nuestra exposición, sostenemos que el espíritu o esencia inmortal, o Yo Superior, vive en
un “misterioso limbo”, al cual no tenemos acceso. Desde ese “limbo”, un fino hilo llega sin embargo hasta la
conciencia psicológica, dándole al sujeto el “sentido de lo espiritual”. No obstante, el espíritu jamás se
manifiesta en el cerebro del individuo, y por lo consiguiente, tampoco lo hace en la realidad concreta del mundo
material.
Por ende, si yo me pregunto, ¿Soy o no soy?, por referirse esto al Ser esencial, tendré que responder: Soy en el limbo donde estoy como ser espiritual, pero no soy en el mundo material donde mi cuerpo físico vive la
realidad del momento presente. Y como no me sirve para nada Ser en el limbo, tendré que aceptar que No soy.
En cambio, “fulano de tal” (mi Yo psicológico) es, y existe en cierta medida, en la realidad material.
Aquí llegamos precisamente al objetivo básico perseguido por lo que llaman tradiciones esotéricas, incluso convencionalmente se ve con buenos ojos que el sujeto sea evolucionado, aplicado y consciente:
1. Que el homo sapiens se transforme en hombre.
2. Que ese hombre sea espiritual, evolucionado o consciente. (No por pertenecer a una religión se es espiritual; este concepto está muy contaminado).

Para la mayoría de la gente, la espiritualidad es un misterioso estado místico en el cual el sujeto llega a la
pureza absoluta, absteniéndose de comer carne y de beber alcohol, observando una completa castidad sexual,
y viviendo apartado de la existencia material, en un océano de bondad, amor, y renunciamiento. Con
frecuencia, los pintores imaginan a los santos como hombres casi esqueléticos, de rostro muy delgado, ojos
hundidos y aspecto de mansedumbre. Casi todas las estampas de Cristo lo representan como un sujeto muy
débil y desnutrido, sin fuerza ni vigor. Esta falsa imagen de la espiritualidad es la que tratan de adoptar o imitar
todos aquéllos que por un medio u otro “tienen inquietudes espirituales”.
Llegar a ser espiritual significa en verdad una sola cosa, y esto es, “que el espíritu se manifieste a través del
propio cerebro. De esta manera el sujeto es espiritual, porque su espíritu tiene acceso a la realidad material,
concreta, y temporal. Ahora bien, que como consecuencia de este hecho se despierten ciertas cualidades
superiores en el individuo, es asunto aparte.
El concepto tiempo agregado al tema que estudiamos, nos permitirá visualizar el fenómeno del ser de una
forma mucho más luminosa. No nos interesa, en relación al tiempo, ninguna de las complicadas ecuaciones
einstenianas, sino el mero concepto de pasado, presente, y futuro. De hecho, nos interesa positivamente sólo el presente; pasado y futuro representan sólo conceptos negativos en este análisis.
nuestra realidad primordial, como sapiens, es el mundo material del planeta tierra, regido por un
tiempo terrestre, medido por relojes terrestres. Ésa es nuestra realidad concreta, en lo que a nuestra vida en un
cuerpo biológico se refiere. Si hemos seguido atentamente el desarrollo de este tema, llegaremos a las
siguientes conclusiones:
1. Nuestro cuerpo físico vive ajustado a la absoluta realidad de las condiciones vitales que rigen nuestra
existencia. El tiempo terrestre transcurre para él de acuerdo a las pautas del reloj.
2. Nuestro Yo psicológico es un abanico abierto hacia el pasado, presente y futuro. Jamás está
completamente en el presente; ni en el pasado; ni en el futuro. Con respecto al tiempo, es disidente del cuerpo
físico, es decir, tiene una diferente ubicación en el tiempo.
3. Nuestro espíritu vive en un tiempo cósmico, pero él mismo, está más allá del tiempo. Es el que es, el que
ha sido, y el que eternamente será.
Nuestra incapacidad de ser evolucionados reside en el hecho de que nuestro espíritu o consciencia y nuestro cuerpo no
coinciden en el tiempo, por lo cual no puede haber una comunicación entre ellos. Esta es la fuente de todos los problemas y desarreglos.


-- Resumen del librito "Practicando el poder del ahora", sucesor de otro del mismo autor titulado El poder del ahora.

Lo que llaman iluminación es recuperar la conciencia del Ser y residir en ese estado de «sensación-realización».
no se trata tanto de que usas la mente equivocadamente: por lo general no la usas en absoluto, sino que ella te usa a ti. Ésa es la enfermedad. Crees que tú eres tu mente. Ese es el engaño. El instrumento se ha apoderado de ti.

En lugar de observar al pensador, también puedes crear una apertura en la corriente mental por el simple hecho de dirigir el foco de tu atención al ahora. Basta con que te hagas intensamente consciente del momento presente.

La iluminación es recuperar la conciencia del Ser y residir en ese estado de «sensación-realización».
hazlo tan frecuentemente como puedas observar al pensador.

Observar una emoción es básicamente igual que escuchar u observar un pensamiento, tal como he descrito el proceso anteriormente. La única diferencia es que, mientras el pensamiento está en tu cabeza, la emoción tiene un fuerte componente físico, de modo que se siente principalmente en el cuerpo. Puedes dejar que la emoción esté ahí sin ser controlado por ella. Ya no eres la emoción; eres el observador, la presencia que mira.
mientras sigas identificándote con tu mente, el ego dirigirá tu vida. Debido a su naturaleza fantasmal, y a pesar de sus elaborados mecanismos de defensa, el ego es muy vulnerable e inseguro, y se siente amenazado constantemente.

Convierte en práctica el hecho de retirar la atención que prestas al pasado y al futuro cuando no sean necesarios. Sal de la dimensión temporal lo más posible en tu vida cotidiana.
Trata de estar donde estás. Mira a tu alrededor. Simplemente mira, sin interpretar. Observa la luz, las formas,  los colores, las texturas. Sé consciente de la presencia silenciosa de cada cosa. Sé consciente del espacio que permite que cada cosa sea.

No te preocupes por el fruto de tus acciones:: mantente atento a la acción misma. El fruto ya vendrá cuando corresponda. Ésta es una práctica espiritual muy poderosa.

. Pierdes el ahora y vuelves a él, una y otra vez, hasta que finalmente la presencia se convierte en tu estado predominante.

. La verdadera prosperidad es sentirse agradecido por el momento presente y por la plenitud de la vida ahora mismo. No puede llegar en el futuro. Más adelante, con el tiempo, esa prosperidad se manifestará de diversas formas.

Donde y cuando quiera que encontramos algo bello, percibimos el brillo de esta esencia interna, que sólo se nos revela cuando estamos presentes.

Una imagen, por muy hermosa o intensa que sea, ya tiene una forma definida, y no te permite profundizar tanto como la sensación.

La clave está en mantenerse permanentemente en un estado de conexión con tu cuerpo interno, sentirlo en todo momento. Esto profundizará y transformará tu vida rápidamente. Cuanta más conciencia dirijas hacia el cuerpo interno, más elevada será su frecuencia vibratoria, de manera parecida a una luz que brilla más a medida que giras el interruptor progresivo y aumenta el flujo eléctrico. En ese alto nivel energético la negatividad ya no puede afectarte, y tenderás a atraer nuevas circunstancias que reflejen esa frecuencia elevada.

Hay una meditación de auto-sanación, simple pero poderosa, que puedes practicar cuando sientas la necesidad de fortalecer tu sistema inmunológico.Relajacion consciente por oleadas. Es especialmente eficaz si la utilizas cuando percibes los primeros síntomas de una enfermedad, pero también funciona con enfermedades que ya están instauradas si la usas con la suficiente frecuencia y concentración. Asimismo, contrarrestará las alteraciones sufridas por tu campo energético a causa de cualquier negatividad.

Cuando tengas unos minutos libres, y especialmente por la noche antes de dormir y a primera  hora de la mañana antes de levantarte, «inunda» tu cuerpo de conciencia. Cierra los ojos. Túmbate de espaldas. Ve llevando la atención, sucesivamente, a las distintas partes del cuerpo: manos, pies, brazos, piernas, abdomen, pecho, cabeza, etc. Siente la energía dentro de esas partes con toda la intensidad posible. Mantente en cada una de ellas durante quince segundos aproximadamente.

Cuando necesites una respuesta, una solución o una idea creativa, deja de pensar momentáneamente y concentra la atención en tu campo de energía interno. Toma conciencia de la quietud. Cuando vuelvas a pensar, tu pensamiento será fresco y creativo. En cualquier actividad relacionada con el pensamiento, practica el hábito de alternar entre unos minutos de pensamiento y otros tantos de una especie de escucha interna, de quietud interna.

No hay comentarios:

Publicar un comentario